jueves, 3 de septiembre de 2009

Hazte un regalo...

La Chae me cuenta que se compró un disco, y coincidentemente, aduve en la misma el fin de semana, y lo encuentro top y demasiado necesario, darse un gusto, regalarse, regalonearse.

A lo mejor yo me voy al chancho con este predicamento, pero a veces estoy tan cansada, y me he esforzado tanto, que digo: me lo merezco. Y me regalo distintos tipos de cosas. Cuando ando en la onda consumo, voy por ropa, zapatos, carteras, cosméticos (que nunca uso), libros, música...

Otras veces, me hago regalos menos materiales, pero altamente gratificantes: una levantada más tarde, la postergación de la entrega de un informe, un huevo frito con harta sal, un cafecito en un lugar lindo, un chocolate (que me como solita), una juntada bien regada con amigas, una salida a cenar con el Edo, un día entero acostada con el Edo viendo series, un puchito, otro puchito... y bueno, si mi tina fuera más grande y efectivamente yo cupiera en ella sin parecer contorsionista, pasaría de dedos arrugados.

Y eso. La vida hay que disfrutarla, sino, qué sentido tiene sacarse la cresta trabajando!

martes, 1 de septiembre de 2009

Trabaja en equipo.


Iba en un taxi (para variar) y veía como muchas de las estupideces que la gente hace cuando maneja tienen que ver con la falta de conciencia de los otros. Cómo no notar que es necesario darle a entender a los demás, de alguna manera, lo que voy a hacer, para que pueda reaccionar! Por ejemplo, en los tacos, siempre hay alguien que hacemás taco. Incluso cuando uno va caminando entre mucha gente, hay algunos que paran en seco, absolutamente inconcientes respecto de quienes vienen detrás. En el taxi yo lo veía como trabajo en equipo: vamos rapidito, vamos. Hay que esperar, esperemos. Voy a doblar, le comunico con tiempo al de atrás que lo haré para que pueda seguir su camino. Pido o doy la pasada cuando es necesario.

Como dice la Chae, finalmente es cuestión de empatía, de entender que compartes un espacio físico con los demás y que por ende, tus movimientos afectan a los demás. Lo anterior, totalmente válido también para los espacios emocionales.